En Londres la variedad de museos es inmensa. En el British Museum por ejemplo puedes ver arte egipcio, griego, romano, hindú, precolombino (incas-mayas-aztecas...) y un largo etcétera. Incluso, tienen un moai (estatua monolítica con forma humana) de la Isla de Pascua.
En la Tate Britain se encuentran varias de las obras más famosas de los prerafaelitas, como "Mariana" y "Ofelia" de John Everet Millais. En la National Gallery nos encontramos con obra más conocida (y pequeña) del pintor flamenco Van Eyck: El matrimonio Arnolfini (no, no esta embarazada, sólo sujeta el vestido...)
En Italia, puedes ver la Capilla Sixtina de Miguel Angel en el Vaticano, el Coliseo en Roma, la Plaza de San Marcos en Venecia, la Catedral de Milán, la torre de Pisa (o mejor, su baptisterio), y en Florencia, es de visita obligada la Galería de los Uffizzi donde están "El nacimiento de Venus" y "La Primavera" de Botticelli. Imperdonable para una historiadora de arte no ver en Milán las pinturas de la Última Cena de Leonardo da Vinci, ni tampoco en Venecia el Museo Peggy Guggenheim (cerrados ambos). Inolvidables, en cambio, todos y cada uno de los edificios de Florencia con sus fachadas recubiertas en mármol verde y blanco; las puertas en bronce del baptisterio de Pisa y la perfección del David de Miguel Ángel.
En París, sin olvidarnos de la emblemática Torre Eiffel (construida sólo para la Exposición Universal del 1889 en un principio) ni del precioso Arco del Triunfo, son de visita obligada la "Mona Lisa/Gioconda" (que sorprende por su tamaño: es enana) y la Victoria de Samotracia en el Louvre (que sorprende por todo lo contrario). En el Museo Rodin se ven mucho más bonitas las "Puertas del Infierno" en el jardín exterior, y, en mi museo favorito, el Musée d´Orsay, no hay que perderse a "La encantadora de serpientes" del pintor naif Henri Rousseau, o "Arearea" del postimpresionista Paul Gaugin.
En Praga, contrasta el Nationale Nederlanden (si, otro banco de Frank Gehry) con el Puente de Carlos IV; y en Dubrovnik puedes pasear por unas murallas cargadas de historia y descansar frente a la Catedral de la Asunción (Velike Gospe).
Puente Carlos. Praga |
En Lisboa, hay que visitar la Torre de Bélem y el Castillo de San Jorge, y, por supuesto, admirar los azulejos que llenan de color y alegría toda la ciudad (aunque les hace falta una restauración...)
Oleeee!has tenido la suerte de conocer toooodos esos lugares??? Felicidades de nuevo por este blog!
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