Tengo mucha manía a Picasso. No es que su obra no me guste, el Gernika y las Señoritas de Aviñón son excepcionales, su planchadora es grandiosa, los retratos de sus amantes son fascinantes... El señor tenía talento aunque se volviera tremendamente comercial con los años (él y su arte). Le tengo manía por su carácter, por ser un mujeriego y ser capaz de llevar a la locura a grandes mujeres como Dora Maar. Como sé que hay que separar al artista de la obra, aquí no vamos a ser juzgados como personas y tal, tengo épocas en las que investigo sobre él porque quiero valorar mejor su arte y entenderlo. Por esto he leído hace poco el libro "Vida con Picasso" donde una de sus parejas, no vamos a llamarla amante, explica su relación de diez años con el genio y no lo pone muy bien. Ella es Françoise Guilot (Francia 1921- EEUU 2023). Resulta que acaba de morir.
Cuando Françoise y Picasso empezaron su relación ella tenía 21 años y él tenía cuarenta más. Ahí queda. Sustituyó a Dora Maar por Françoise, aunque seguía viéndose con Olga y con alguna otra por el camino. Françoise ya pintaba por aquélla época, la pasión por el arte se la había transmitido su propia madre aunque el padre estaba en desacuerdo al principio. Curioso que fuera el propio padre el que mandara trasladar las obras de su hija en un camión para evitar el expolio nazi y éste por mala suerte fue bombardeado, perdiéndose así gran parte de la obra de Françoise.
Si bien es evidente la influencia de Picasso en su obra, hay que decir que ella desarrolló un estilo propio con formas y figuras orgánicas en sus lienzos, lejos de las líneas rectas de Pablo. Me encanta.
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