El grito (Skrik), es el título de esta famosa pintura del expresionista noruego Edvard Munch (1863-1944). Son cuatro versiones. La más famosa esta en la Galería Nacional de Oslo, dos versiones más están en el Museo de Munch, de Oslo, y la cuarta versión pertenece a una colección particular. Munch también hizo una litografía de la obra.
La obra ha sido robada en numerosas ocasiones, aunque hay que decir que no siempre se ha robado la misma versión. En 1994 se robó a pleno día la de la Galería Nacional. Fuer recuperada dos meses más tarde por la policía noruega que colaboró con Scotland Yard (pidieron un rescate de 1 millón de dólares). En agosto de 2004 se robó la versión del Museo Munch (junto con La Madonna ), recuperándose en agosto del 2006. En esta ocasión los ladrones no pidieron rescate, y el gobierno noruego ofreció una recompensa de 97 millones de euros. El Grito volvió al Museo con daños irreparables, debido a la humedad esta decolorado en la parte baja de la pintura y es imposible de restaurar.
Sobre Munch podemos decir que se considera el precursor del expresionismo, por la fuerte expresividad de los rostros. Reduce las expresiones a formas esquemáticas haciendo un uso simbólico del color. En sus obras refleja la enfermedad, la muerte y la obsesión religiosa que llenaron su infancia.
El cuadro se expuso en 1893, formando parte de un conjunto de seis piezas titulado Amor. Munch quería representar las distintas fases de un idilio, desde el enamoramiento inicial a una ruptura dramática. El grito representa la última etapa: la angustia.
Fue un cuadro muy criticado en la época, calificándolo el nazismo como arte demente y llegando a retirar todas las obras de Munch de una exposición en Alemania. Hoy en día, esta obra se ha convertido en un icono del merchandising, junto con El beso de Klimt.
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